miércoles, 22 de junio de 2011

El dolor

A Elías, donde quiera que estes, eres un buen tipo, un buen amigo. (TEXTO CORREGIDO)

Nació con dolor de muerte. La única persona que lo amó, su madre, se fue cuando él vino. Sus trece años de edad contrastas con su carita de infante. Conserva cicatrices de estupor en el alma; una piel bronceada, no muy alto de estatura y poco expresivo, basta con cruzarle la mirada para escuchar  sus reclamos.
Cuando lo vi por primera vez jugaba con sus amigos del barrio cerca del pantano, vestía playera sin mangas y un short de algún equipo de futbol que ya no recuerdo.
Una tarde, se animó a contarme el significado de la vida. No comprendí ni eso, ni las caras de “totopo duro” que pusieron los maestros cuando, de chispazo, en otra ocasión, comentó sobre la noviecita de la escuela.
Tiempo después lo vi llorar. Hablamos de los constantes desprecios de su abuelo, me confesó  las interminables  ganas de no regresar nunca a su casa; por él me enteré también de las vagancias que hacía por las noches en su colonia,  buscando el peligro.
Fue hasta la misma tarde de su entierro, cuando por fin imaginé su tragedia.
— ¿De qué murió? –Preguntó un despistado-.
— VIH, -contestó una niña vestida de escolar-.
— ¡De dolor del alma!, -corrigió el maestro-.

Yabín Cabrera
Coatzacoalcos, Veracruz, 22 de julio 2011.
Taller literario Bernal Díaz del Castillo.




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