martes, 25 de octubre de 2011

Nos quisimos tanto...

Escribiremos en el cielo un cuento del que no saldrán nuestros proyectos, sostenidos de la nada y guiados siempre a subir, cual globo fiel al firmamento.

Y te quise y me quisiste y nos amamos. Como la eternidad atrapa al deseo del hombre nos besamos. Fuiste mía hasta el día que yo muera, y yo muero hasta el día que tú quieras.

No son estas, amor, palabras de despedida. Son cúpulas de memoria herida, las prodigiosas bondades que el corazón alcanza.

Y aquí estoy, pidiendo perdón que me perdones. Inevitablemente esquivé las falsedades.

No fue amor por amar lo que sentimos, sin la inocencia de besarte  cuando niños.
La distancia de la piel es la culpable, mas la indiferencia de invocarnos por las tardes.

Adiós para siempre a lo que fuimos y bendigo a la inocencia del olvido.

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