lunes, 12 de septiembre de 2011

Adiós Morena

                                                ¡Para Ady!

De aquí a curarme; a curarnos,
hacen falta los versos trágicos
de un poeta sencillo de oficio
y experto en duelos.

Quiero ser el escritor magnífico
de tu corazón desahuciado,
condolido por libertad,
!extrañado!

Y más allá de mis placeres,
me convocas a mi muerte,
me suspendes con tus dientes
y escupes, ahora, la locura envilecida.

Qué crece en tu vientre?
qué corazón te salva?
crece el  consuelo de mi muerte
y el capricho de tu suerte.

Adiós Morena
¡que con tu puño
endulces mi sangre!
Y será más tuyo; lo nuestro.

¡Adiós morena! ¡Mi morena!
que encuentres camino abierto
entre las faldas de una montaña erudita.
Y que en las pertenencias de tus gestos
caiga el amor de un viejo rito.

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