viernes, 16 de septiembre de 2011

Doña Cristina

Hice lo que más me gusta el pasado verano.  En mi pueblo y con Mi gente.  Y qué es lo que más me gusta?  Bueno, entre otras cosas, ser un instrumento mediático  entre el escozor del pueblo y la “razón” del gobierno.
“Los pobres”, —decía doña Cristina—  “No tenemos quien nos defienda”.  
Doña Cristina es una señora de edad, pero aun tiene ganas de servir a la sociedad, de tez morena y con una  sencilla vestidura;  “podría apoyar,  con trabajo comunitario, con ideas”…  —Me dijo.
Estábamos,  Héctor, doña Cristina y yo sentados en la recepción de la estación de radio. Platicamos, entre tantas cosas, de propuestas para mejorar el servicio de Casa de Cultura de Zanatepec.
“Hay piezas, como arqueológicas, que las han encontrado en los cerros y siguen enteritas” contó la sexagenaria.
Debe de ser,  pensé.
“Pero qué caso tiene, si no las enseñan al público, y lo que es peor, si las enseñan, no saben ni qué son” agregó con serenidad.  
En las memorias de mi infancia y puedo considerar que en las de todos lo que crecimos en Zanatepec, están registradas una serie de imágenes de la sala de exposición de piezas en la Casa del Pueblo.
A ciencia cierta,  nunca tuve mayor información que las pocas palabras que hay debajo de cada una, ¡si es que las hay!
Qué valor tienen? Alguien lo sabe con certeza? Entre el resultado de las respuestas y el olvido, hay tan sólo, un hilo débil.
Por otro lado, quiero sacar de mi mente, esa frase comunitaria que se lleno de vida en la boca de doña Cristina y estalló en mi mente: “Nosotros los pobres no tenemos quien nos defienda”. Olvidarla sería una grave colaboración al holocausto moderno. Era para mí? Tenía que escucharla para hacer una pequeña pausa y reflexión? Lo que sé es que sigue retumbando, como una masa de aire musicalizada que gira en mi mente buscando una salida inexistente.
Entonces pensé, si se trata de defender, se trata de estar a la altura del oponente, como dice la canción “No es bueno nunca hacerse de enemigos, que no estén a la altura del conflicto”.
Quién es el oponente? La sociedad modernista mal ubicada. O lo que es mejor, la sociedad sin ideal, sin objetivo, sin rumbo. No se trata de eliminarlos, se trata de educar de nuevo, con el recate de nuestra identidad, el arte, la literatura… dar vida y oxigeno a nuestras tierras, hacerlas producir para nuestro consumo, y tantas cosas en las que todos debemos de participar. Tú, estarías satisfecho si mueres mañana? Un gran saludo a mis amigos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario