domingo, 3 de julio de 2011

Carta abierta

Nunca estamos solos, nadie lo está en este mundo. Lo que sí es cierto es que lo más difícil en algunas ocasiones,  es estar con uno mismo.
A mi amiga Montse Villalba hasta Madrid, mi tierra (seguramente) de otras vidas…
Hoy me enteré que por lo menos alguien, sigue este blog, es bueno saberlo. Gracias a mi amiga y a todos los que se toman la molestia de hacerlo de repente.  En la escuela aprendí que todo texto está escrito con el único fin de ser leído; de las pocas cosas que he aprendido en la escuela.
Por gracia de la vida, porque todo lo que pasa en la vida es consecuencia de lo que está “escrito”; incluso la magia desdeñada del facebook, he conocido a Montse Villalba, una madrileña amante de México y sus “tranquilidades”, amante de la algarabía zapatista que a tantos años sigue despertando inquietudes.
En esta monserga de lo cotidiano, Montse ha despertado en mí el recuerdo de mi infancia, de algún día, de alguna hora, en algún lugar que ya no recuerdo y no me importa recordar, cuando le dije a mi madre que quería ser escritor, después claro esta, de decirle con menos años que quería ser bombero o astronauta. El recuerdo es circunstancial, “está bien”, me dijo con ese tono sarcástico     que todavía utiliza entre sus recursos para apaciguar o menguar mis ínfulas de grandeza.
El caso es que se me olvido por completo que quería ser escritor, antes quise ser futbolista y todavía lo soy aun que estaré lesionado moralmente de por vida. Ahora escribo algo, no sé… cualquier cosa,  lo subo a internet, alguien lo lee y ya: ¡soy escritor! Así de fácil, aunque mi madre siga insistiendo  que en esta vida para ser alguien hay que terminar la escuela, yo seguiré perdiendo mi tiempo aquí, contándole historias a mis amigos con la única, simple y sencilla razón de celebrar la vida o como dirían en España ¡Joder! ¡Que la vida de vivir se trata tía!
PD. Te esperó pronto, para celebrar la vida amiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario