domingo, 17 de julio de 2011

De vacaciones en Oaxaca.

Se escucha en la canción: Dicen que en Oaxaca se toma el mezcal con café…  y es verdad, en Oaxaca la vida es antigua, de alma vieja. Pero no por eso triste o melancólica todo el tiempo. Aquí la gente sabe vivir, escucha a los viejos, aprende lo nuevo con dedicación y no olvida, jamás olvida.

Apropósito del asesinato del Maestro Facundo Cabral hace un par de días en Guatemala, y recordando lo que hoy lo hace un ser inmortal; su canción “no soy de aquí ni soy de allá”, me pregunto  ¿De dónde realmente somos? ¿Del lugar donde nacemos? De donde están nuestros padres, de donde hemos crecido o el lugar en donde anhelamos vivir para siempre, si el caso fuera que esos lugares son todos distintos en nuestras vidas.

Prefiero el lugar donde hemos crecido, aunque el maestro decía que somos ciudadanos del mundo, siempre hay que identificarse con quienes impartieron en nosotros las primeras lecciones de vida, nuestra primer sociedad, porque será eso lo que arrastremos por el mundo para compartirlo.
Hoy estoy en mi pueblo, Zanatepec, Oaxaca, disfrutando, de unos días de llovizna interminables, de las inocentes andanzas  de mi hermana y el abrazo puntual de los amigos.

“Ayer pasado” fuimos a la ciudad que representa al Istmo internacionalmente, Santo Domingo  Tehuantepec Oaxaca, hay que ver la cantidad de artesanías y los multifacéticos trajes regionales elaborados a mano, que han hecho de esta región un lugar de magia y folklore.

Preparo por el momento, un programa para la radio local de cultura, rescatando aquellas interminables historias que han trascendido por tradición oral y que nos toca poner en papel.

A ustedes, mis amigos, un cordial saludo.


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